
Gorka y Silvia, aita y ama de dos terremotos viajeros de 6 y 12 años que disfrutan de cada aventura. Viajamos en camper desde hace apenas dos años, pero llevamos recorriendo mundo desde que juntamos nuestros pasos. Somos viajeros sencillos, expectantes al terminar un viaje por comenzar a preparar el siguiente. Nos gusta más la naturaleza que las grandes ciudades. La furgo y los viajes nos han traído algunas de nuestras mejores alegrías en estos últimos tiempos.
Viajar en familia, una alegría diaria
Una familia viajera, donde menos es más y los viernes siempre son el preludio de un gran fin de semana. Así nos sentimos los componentes de “El Mundo con Peques” cada vez que la semana de colegios y trabajo toca a su fin y podemos disfrutar de nuestra casa con ruedas. Esta pequeña familia está formada por nuestros peques de 6 y 12 años y nosotros, los culpables de introducir el gen viajero en nuestros locos bajitos.
Viajamos en una furgo camper, con espacio suficiente para los 4, pero con el minimalismo que nos da por otra parte estos pocos metros cuadrados, donde todos aprendemos a ser ordenados y respetuosos con nuestro espacio y el de la familia. Viajar con niños no sólo es posible (cuanto miedo a perder la seguridad de las 4 paredes…) sino que además es divertido, educativo, exigente y sin duda, una responsabilidad obligada.
Después de muchos años viajando (no siempre en furgo, pero sí en libertad viajera), somos conscientes de que el mayor aprendizaje y el de mayor calidad que les estamos dando a nuestros pequeños está siempre relacionado con nuestros viajes.
A veces puede parecer sencillo cerrar la puerta y conducir sin destino fijo, muchos grandes lugares han surgido así, pero en muchas otras ocasiones hemos tenido que trabajarnos la llegada a él, pues nuestros estudiantes particulares no paran de hacer preguntas para saber más y más. ¿Y qué hacemos en esos casos? ¡Sonreír! Porque conseguimos que aprendan dónde están, cuál es la historia del lugar, qué llevó a los romanos a construir los acueductos, o a los árabes a inventar los baños.
Y por si esto no fuera suficiente, en muchas ocasiones gamificamos nuestros viajes. Buscamos la forma de que aprendan introduciendo dinámicas de juego en el propio viaje, donde ellos son responsables de los logros que obtienen y su motivación nace de dentro. Una actividad reciente que les encanta es el pasaporte lúdico, les obliga a saber dónde se encuentran, cómo se llama el edificio que visitan, recordar los medios de transporte utilizados y ¡hasta probar nuevos platos típicos del lugar! Si tenéis hijos y no lo habéis probado, no es tarde, ¡os sorprenderá! No hay mejor libro de historia ni mejor mapa de geografía.
Pero no sólo ellos aprenden viajando, en cada ocasión que pueden, no dejan de sorprendernos. Los niños interaccionan entre ellos con la facilidad que los adultos hemos perdido, no importa el idioma, siempre se entienden con una sonrisa y en menos de cinco minutos ya están jugando y compartiendo nuevos momentos para el recuerdo.
Y cuando el día se acaba, las cámaras echan humo por lo que hemos disfrutado bebiendo los paisajes y los pequeños enclaves, las risas se apagan y las luces nos van dejando… nos retiramos a nuestro pequeño hogar, pero la actividad sigue.
Esta pequeña familia disfruta mucho con la fotografía, el senderismo, las montañas, las cascadas y los pequeños lugares retirados, pero también de los ratos de ocio en familia. Si algo no falta nunca en nuestro equipaje son los juegos de mesa. Fundamentales para seguir aprendiendo, pero en un entorno totalmente familiar para nosotros 4 y a veces, para los amigos con los que compartimos ruta. Son los momentos de las confidencias, de las risas sinceras sin pensar, de los piques y la elaboración de estrategias, que aquí ¡todos queremos ganar!
Además, desde el 2017 compartimos todos nuestros viajes en nuestro pequeño rincón en la red. El blog de El Mundo con Peques se ha convertido en el lugar en el que enseñamos destinos, actividades pensadas en l@s niñ@s y nuestra forma de ver el mundo. Y aún más importante, es el medio por el que muchos otros viajeros han llegado a nosotros para pedirnos consejo, agradecer las ideas o simplemente saludar.
Viajar es intenso, abre tu espíritu, llena tus retinas y te une en familia como pocas cosas consiguen hacerlo en el día a día. Si además lo haces en la libertad de un vehículo camper o una autocaravana, viajar se convierte en un ejercicio de libertad absoluta. Donde cada día eliges el lugar en el que despertar y también de despedir los últimos rayos de luz.
Sin ninguna duda viajar sobre ruedas nos ha regalado algunas de las mejores cosas de las que disfrutamos hoy en día, amigos nuevos, experiencias alucinantes y unas ganas de descubrir mundo como nunca antes habíamos pensado.
¿A qué esperas? ¿Te vienes con nosotros?