Todos los niños y niñas de Polonia saben que en el escudo de Varsovia hay una sirenita, pero ¿que sabes tu de la relación de la capital con las sirenas?

Escudo de Varsovia

Hubo una época en la que en toda Polonia se conocía la figura de la sirena salida del pincel de la escultora Ludwika Nitschowa, que se encuentra junto al actual puente Swietokrzyski, porque una foto de dicha estatua servía de fondo al panel de presentación de la televisión polaca. La modelo de Ludwika Nitschowa fue la exploradora y poeta Krystyna Krahelska, autora de la letra de la conocida canción del periodo del Levantamiento de Varsovia «¡Ea! chicos, calad las bayonetas». Antes de que se construyese el puente Swietokrzyski en este lugar se encontraba provisionalmente el puente de la sirena.

Una copia de otra conocida estatua de la sirenita, esculpida en el siglo XIX por Konstanty Hegel, se encuentra situada en el Mercado de la Ciudad Vieja. El original se halla en el Museo Histórico de la Ciudad de Varsovia, que tiene su sede en uno de los antiguos edificios junto al Mercado.

La Plaza del Mercado de Varsovia fue levantada a finales del siglo XIII en el camino que unía el Palacio Real con la Ciudad Nueva. En 1944, a raíz del Alzamiento de Varsovia, fue completamente destruida. Sería reconstruida por completo tras la guerra, utilizando materiales originales y siguiendo los detalles de las pinturas del siglo XVIII de Bernardo Bellotto y los dibujos de estudiantes de arquitectura del periodo de entre guerras. El resultado, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980.

Una inmensa estatua de la sirenita esculpida en piedra arsenica, al estilo de la Secesión, se encuentra sobre el viaducto de Stanislaw Markiewicz, que constituye una extensión de la calle Karowa. La estatua fue fundida en cinc en 1905 por el escultor Jan Woydyga.

¿Cuantas son en total las sirenitas que hay en Varsovia? Pues, nadie las ha contado. Abundan en la Ciudad Vieja: se encuentran en las fachadas, en los escudos de armas, en las veletas; adornan los edificios comunales, entre ellos los antiguos establecimientos del tranvía en la calle Przyokopowa, en los que en la actualidad se aloja el Museo del Levantamiento de Varsovia; las hay en el Puente de Poniatowski, en El Salón de Guardia, en La Conejera, y en muchos otros sitios.

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 La leyenda de la sirena de Varsovia

Cuenta una leyenda que hace mucho, mucho tiempo, nadaban por las frías aguas del Atlántico Norte dos hermanas sirenas. Muy curiosas ellas, se alejaron del resto de la familia y se adentraron en el Báltico. Una quedó parada en unas rocas en los estrechos de Dinamarca, se enamoró de un pescador, y allí sigue, en la entrada del puerto de Copenhague.

La otra sirena, llamada Szawa, sigió nadando hacia el este, hasta encontar una desembocadura de un río y decidió remontar el cauce hasta llegar a un sitio de su agrado. El río era el Vístula y fue a pararse en una pequeña aldea de pescadores, en el interior de la actual Polonia.

Para divertirse, la sirena jugaba a molestar a los pescadores, espantando los peces y enredando los sedales. Los pescadores intentaban capturarla, pero cuando la tenían cerca, la sirena entonaba sus bellos cantos y ellos quedaban embobados, enamorados de esa bella dama con cola de pez.

Un mercader de la región escuchó la historia y tapándose los oídos para no resultar hipnotizado por los cantos de la sirena logró atraparla y la encerró en una jaula. Con ella recorría ferias y mercados ganando dinero pues la curiosidad hacía que la gente se acercase a su puesto y comprase su género.

Un día que Szawa lloraba en su jaula, un joven pescador llamado War escucho los lamentos y se acercó a ella. Sintió pena y con ayuda de unos amigos consiguió liberarla. En agradecimiento, la sirena decidió quedarse a vivir allí con ellos, prometiéndoles que les ayudaría siempre que la necesitasen.

Por eso, desde entonces, el lugar se llama War-szawa y la sirena porta una espada y un escudo para defender la ciudad.

 

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