Para los que vivís en la ciudad, el metro puede ser la mejor manera de desplazaros hasta vuestro lugar de trabajo o para quedar con los amigos. Y para los que no, quizá sea aquel incómodo medio de transporte que no habéis tenido otro remedio que usar para llegar a vuestra cita con el dentista o cualquier otro profesional de bata blanca. Sea como sea, pocas veces habréis pensado en él como una atracción turística, pero en Moscú el metro es una visita obligatoria. Eso sí, intentad libraros de la hora punta, ya que el de Moscú es el metro más utilizado del mundo. Cada día se desplazan con él cerca de nueve millones de personas, más que en el metro de Londres y Nueva York juntos, así que imaginaros la locura que puede ser intentar subir a un vagón a la hora en qué todo el mundo va hacia el trabajo. Eso sí, tantos usuarios se dividen por una red de metro enorme: con más de 180 estaciones, cerca de 300 quilómetros de vías y 12 líneas.
¿Y por qué os decimos que si vais a Moscú no os podéis perder su metro? ¿Simplemente por su tamaño? Pues no, la verdadera razón es que muchas de sus estaciones son auténticas joyas.
Con mármoles, estatuas y lámparas de araña, el motivo de tanta ostentación bajo tierra lo encontramos en los gobernantes comunistas, bajo cuyo mandato se empezó a construir éste medio de transporte. Con él, el lujo de los palacios debía de dejar de ser algo exclusivo y salir a la calle para servir al pueblo. De hecho, tanto es así que al metro de Moscú se le conoce como el Palacio Subterráneo. Como ya os hemos dicho, es imposible visitar todas sus líneas y estaciones durante las vacaciones, por eso os recomendamos subir a la línea circular, conocida como el anillo de oro, y visitar algunas de sus estaciones, como la de Novoslobodskaya, donde os encontraréis con vistosas vidrieras y mosaicos que exaltan las bondades del movimiento soviético.
También la estación de Mayakovskaya, en la línea verde, merece una visita en la que descubrir su estilo futurista y los mosaicos y estatuas que elogian la labor de los paracaidistas y el ejército de aire ruso. Por último, la parada Ploschad Revolutsi, una de las estaciones más bellas de la ciudad gracias a sus esculturas de bronce, es también donde hallamos una de las curiosidades más divertidas del metro de Moscú. Y es que entre las estatuas de esta estación hay la de un bondadoso perro, que según cuenta la leyenda, reparte suerte a los estudiantes que le tocan el morro, ayudándoles a aprobar sus exámenes. De hecho, la leyenda se ha extendido tanto que dicen que en épocas de evaluación se llegan a formar colas para acariciarlo.
Y pasamos de creencias divertidas como éstas, a otras más propias de conspiraciones, secretos y películas de espías. Y es que dice la leyenda que, por si fuera poco con esta amplia red de metros, existe otra, paralela y secreta, preparada para ser utilizada en caso de emergencia.
Esta red alternativa tiene incluso un nombre: Metro-2. Se cree que fue construida por orden de Stalin, para tener una posible vía de evacuación en caso de ataque nuclear. La realidad es que hay muchas personas que creen plenamente en esta teoría, ya que realizando obras se han encontrado túneles con pequeños búnkeres en el subsuelo, de los que nadie decía tener noticia.
Así que ya sabéis, si os apetece descubrir los misterios del metro de Moscú, y sobretodo, disfrutar de su lujo y opulencia, no dudéis en coger vuestra autocaravana y cruzar Europa para llegar hasta la capital rusa. ¿Qué decís? ¿Qué no sabéis como hacer frente a un viaje tan largo? Tranquilos, nosotros os aconsejamos. Ya sabéis, ¡venid con Buena Ruta!