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Autocaravanismo reivindicativo, 2003-2013, reflexiones de una década
Lo que trato aquí de contar no es nada más que las opiniones sobre autocaravanismo que me merecen algunas de las situaciones, que durante una década se han desarrollado, conozco y me ha tocado vivir y también cuales creo que son nuestras expectativas de futuro. En la actividad autocaravanista son muchos los factores que de una forma u otra han intervenido, intervienen y afectan a ésta, por lo tanto, creo que para tratar de comunicar y hacer entender esto al lector, que quizás desconozca algunas cosas, se necesita un amplio espacio donde uno exprese un análisis de nuestro pasado, presente y futuro, sin dejar atrás algunas cosas importantes en el tintero.
Participación en la reivindicación autocaravanista
Por mi forma de ser y sentir, desde el principio de la década del 2000 me comprometí con el mundo de la reivindicación autocaravanista, fui socio y miembro, durante un período, de la junta directiva, en el Club de Autocaravanas Palencia, uno de los primeros club de autocaravanas, que junto al LLeure Camper Club Catalunya, se formó en España. Asistí por invitación a la convocatoria de la PACA en la Playa de Toró en Asturias, donde también por invitación, junto con otros compañeros, participé públicamente en la asamblea de socios, donde, con nuestra intervención, intentamos y logramos convencer a los compañeros creadores y socios de la PACA en convertir la plataforma, en aquel momento de ámbito regional, en un proyecto nacional, con lo cual y tras la decisión tomada de cambiar el ámbito de actuación de la plataforma, me afilié en la misma, asumiendo allí mismo la responsabilidad de la delegación de Cantabria, trabajando y asumiendo varias responsabilidades en el proyecto PACA (quienes les pueda interesar algunos aspectos de mi implicación con el autocaravanismo reivindicativo, lo podrán ver en el blog que administro, en el apartado Reivindicación de la actividad Autocaravanista) hasta mi baja voluntaria en el año 2008. Más adelante y ya fuera de la PACA, he continuado aportando, como autocaravanista independiente, aquello que ha estado a mi alcance poder atender y otros me han solicitado.
Inicio de la reivindicación autocaravanista
A principios del año 2000, bajo la percepción que se tenían entonces de las cosas, el autocaravanismo en España, a diferencia de algunos países de Europa, estaba totalmente carente de grupos de representación adecuados para la defensa y el desarrollo de nuestra actividad, tampoco existía ninguna regulación o marco legal, que protegiese o amparase la actividad, no se disponía de las infraestructuras de apoyo necesarias para desarrollar la práctica con normalidad. Muchos de los usuarios de autocaravana estaban integrados dentro de las estructuras campistas, en cambio otros, percibíamos que no nos veíamos integrados dentro de clubs de vocación y prácticas que se dedican al campismo, con la organización de convivencias y actividades dentro de los camping. Algunos pensábamos que no habíamos comprado la autocaravana para celebrar acampadas en los camping, sino, como elemento que nos proporciona una mayor independencia y movilidad para aprovechar mejor nuestro tiempo libre o de ocio, viajando y conociendo sitios distintos. No tengo nada contra el campismo, me parece una práctica loable, que durante muchos años he sido practicante y guardo gratos recuerdos, pero entiendo que el autocaravanismo a diferencia del campismo tiene unas necesidades y problemáticas diferentes.
Esta situación estoy convencido, que entre otras cosas, fue lo que posiblemente, motivó a los compañeros asturianos a la creación de la PACA Plataforma de Autocaravanas de Asturias. La creación de la PACA en España, en mi opinión, en el momento de su aparición en la escena vino como el agua de mayo, fue un punto de partida y un hecho histórico importante en el autocaravanismo español, los compañeros asturianos junto con otros compañeros, por primera vez crearon un grupo de representación netamente autocaravanista a nivel nacional, grupo que algunos echábamos en falta y veíamos necesario.
Al mismo tiempo, la creación de la PACA, supuso el inicio de una implicación de personas aportando un flujo de ideas y trabajo por el autocaravanismo, hasta entonces desconocida en España, que de una manera o de otra, comenzó a trabajar y estudiar la situación creando una fuente de información y una filosofía autocaravanista fuera del campismo, ya que hasta entonces mucha gente (aun hoy lo hace) nos consideraban dentro de éste. La situación con el tiempo afortunadamente, poco a poco, está cambiando y a pesar de algunos problemas que todavía nos afectan, está motivando que el autocaravanismo se esté convirtiendo en una actividad con vida y personalidad propia, en la que algunos de sus practicantes trabajan para y por su regulación y con ello la legítima aspiración de verse reconocidos y respetados por la administración y por la ciudadanía de nuestro país, tratando de colaborar con la administración para crear un marco legal adecuado, articulando los mecanismos necesarios para una práctica regulada en nuestro país.
Algunos problemas en la trayectoria durante una década
El camino desde el inicio no ha sido fácil, como posiblemente tampoco lo será en el futuro. Con la creación de la plataforma, aparte de otras complicaciones, surgieron las típicas situaciones que suelen acompañar a este tipo de proyectos, intereses partidistas y empresariales o personas que, por lo que sea, siempre están dispuestos a generar una corriente en contra de lo que otros intentan hacer, bien porque creen que se perjudica sus intereses, tienen otras ideas, no están de acuerdo con lo que se hace, ellos creen que son capaces de hacerlo mejor etc. El caso es que a pesar de que en los inicios el trabajo con la puesta en práctica de algunas ideas, dió como fruto la consecución de algunos logros, las interferencias en el trabajo y los conflictos generados entre unos y otros, han molestado, aburrido y hastiado a mucha gente, entre ellos a algunos compañeros, políticos o administradores públicos que desde su implicación o cargos, con la mejor intención, intentaban hacer algo por nosotros. Estas erróneas actuaciones creo que han roto al colectivo, nos han privado de avanzar adecuadamente y haber conseguido algunas cosas más para todos.
Entre otras cosas, a algunas de estas personas, quizás para estar ellos allí, no se les ocurrió otra cosa mejor que, de la noche a la mañana, crear los club necesarios para fundar de prisa y corriendo la Federación Española de Asociaciones Autocaravanistas FEAA. Federación que en mi opinión en la forma que se llevó a cabo, de una manera precipitada, cuando no era necesaria, ya que la PACA por aquel tiempo estaba cumpliendo y asumiendo esa misión, fue un error. Quizás hoy en dia con la creación de un amplio número de club de autocaravanas, con el paso del tiempo, el recomendable y necesario rodaje de los mismos y su consolidación, como órgano representativo de estos, sí tendría sentido o estaría mas justificada la creación de la FEAA. Hay algunas cosas que la racionalidad te impone que se deben madurar y cada cosa se debe de hacer a su tiempo y necesidad. En el momento que se fundó la FEAA y de la forma que se hizo, creo que fue uno de los mayores errores que se han cometido en el autocaravanismo, error que con el tiempo nos está demostrando, no solo, que no ha venido a aportar prácticamente nada, sino, que por la actuación subterránea de algunos de los que la formaron, que no cejan en su empeño de manejar a su antojo, ha creado una mayor división en el colectivo. La Federación todavía sigue arrastrando el lastre de su forma de crearla, desde su fundación, a pesar de haber tenido oportunidades de hacer algo e inexplicablemente haberlas despreciado, no es capaz de encontrar su lugar, tampoco ambos grupos de representación, la PACA Y la FEAA, a pesar del tiempo, han sido capaces de respetarse, trabajar en coordinación o ponerse de acuerdo. Al mismo tiempo, desde el primer día de su puesta en escena, los diferentes dirigentes de la FEAA tampoco han sido capaces de ponerse de acuerdo entre ellos mismos, con constantes guerras de poder y desmedido protagonismo que ha dado como fruto varias dimisiones de las sucesivas JD. motivando el que algunas asociaciones fundadoras se diesen de baja, situación que ha propiciado que en diversas ocasiones ha estado a punto de dar al traste con el propio proyecto y que hoy en dia, con algunas personas aun en el medio de la escena, tampoco consigue afianzarse.
Otro de nuestros mayores errores ha estado en tomar la decisión de elegir la vía judicial contra las decisiones anti/autocaravanas de algunas administraciones públicas. Sin ánimo de reprochar nada a nadie, ya que entiendo que ante algunas agresiones contra nosotros, resultaba muy complicado quedarse inmóvil y no hacer nada. Desde los resultados que hoy nos contemplan, creo que debimos de tener un poco de paciencia y esperar a que el trabajo realizado en Las Cortes Generales y en la DGT definitivamente se viese plasmado en una ley del Estado, como en principios estaba pensado, con la posibilidad de disponer de documentos de mayor peso para ser utilizados con mayores garantías en nuestra defensa. Al final, que le vamos hacer, los fallos de los tribunales han sido en nuestra contra, pero no por ello debemos de culpar a nadie por intentarlo, vamos a ver en el futuro con otras herramientas en la mano si se decide optar por esa vía, nos va mejor.
Algunos logros del autocaravanismo
La situación actual, en mi opinión, es que gracias a la intervención y trabajo de algunos compañeros integrados en las asociaciones o por su cuenta y riesgo, trabajando en el ámbito local, regional o nacional, el autocaravanismo, un colectivo minoritario, a trancas y barrancas, milagrosamente, en un sistema constitucional de gobiernos compartidos como el nuestro, que no tiene nada que ver con el de otros países, entre algunas otras cosas, ha conseguido convencer a algunos administradores públicos y privados, para la creación de unas 400 áreas destinadas a dar servicio a las autocaravanas, sacar adelante dos iniciativas parlamentarias en Las Cortes Generales de nuestro país, conseguir un grupo de trabajo en el seno del Consejo Superior de Trafico, la publicación oficial por la DGT y el Ministerio del Interior, de algunos documentos, como la ITC 08/V-74 o el Manual de Movilidad en Autocaravana, donde el organismo del estado interpretando la ley aclara algunas de las cosas que se puede hacer y no hacer con una autocaravana, tratando de regular y proteger la actividad, fruto de esa implicación y trabajo está a punto de incluirse y aprobarse por primera vez en nuestro país un texto en la reforma del Reglamento General de Circulación donde figura la autocaravana y su actividad, aprobación que, aunque no vendrá a solucionar todos los problemas, si será de una gran ayuda para el futuro.
Por otra parte desde algunas asociaciones o personas independientes de estas, en este momento se está llevando a cabo una labor constante, con más acierto o menos, con las administraciones públicas y privadas, trabajando en varios campos, en algunos casos consiguiendo convencer a éstas para modificar algunas ordenanzas municipales, que regulan la autocaravana, apostando por el autocaravanismo con la creación de áreas de servicio y algunas cosas más.
Ante la evidencia de todo el trabajo desarrollado en tan solo una década, algunos compañeros por lo que expresan parece que, incomprensiblemente, no se paran a pensar cuando comentan a la ligera que no se ha conseguido nada, aunque la realidad, a juzgar por los hechos, es bien distinta. Si tenemos en cuenta que hace apenas una década no existíamos, cuando por ejemplo en Italia, que nos cuadruplica en autocaravanas matriculadas en su territorio, en 1970 ya tenían grupos de representación que estaban trabajando para regular el autocaravanismo, o en Francia país del que también se comenta a la ligera, que es «el paraíso» del autocaravanismo europeo, sin tener en cuenta otras cosas, llevan más de cuarenta años en esto, que es una nación que también nos cuadruplica en el numero de autocaravanas, su sistema democrático se rige por un estado centralista y no por autonomías, lo cual facilita bastante la labor. A pesar del tiempo que llevan en ello, cuando uno viaja por allí, puede comprobar que es el país con la colocación de mas barras de limitación de altura anti/autocaravanas de Europa, aunque sí es cierto que te ofrecen otras alternativas con una extensa red de áreas de autocaravana, unas gratuitas y otras de pago, pero en muchos núcleos de población o te vas al área, al camping o si no te marchas con la música a otra parte o te sancionan.
Creo que los autocaravanistas españoles de una vez por todas debemos de quitarnos el complejo, lo conseguido en España en el poco tiempo que llevamos en esto, en mi opinión y para ser justos, es de record ya que no sé lo que verán los demás cuando viajan por ahí por Europa, pero al menos yo que viajo bastante con la autocaravana, mas de 300.000 Km. en la mayoría de países que visito, encuentro muchas limitaciones y carencias para el uso de la autocaravana, tantas como aquí y eso a pesar de como he dicho, que en el mundo de la reivindicación autocaravanista algunos países comenzaron más de cuarenta años primero que nosotros, ¿que tenemos problemas? claro que sí y muchos, como también los tienen otros países que iniciaron esto bastante antes que nosotros, pero todos estamos trabajando y en el buen camino.
El futuro
Lo acontecido en la década pasada nos debe de dar una lectura de los errores o los aciertos, teniendo en cuenta que la inexperiencia se paga, aprendiendo del trabajo, su lectura debería servirnos para afrontar un futuro con mayor garantía que nos sirva para ir dando pasos adelante y tratar de superar los retos que se presenten.
Ante esta lectura, debemos de tener presente que para implantar en nuestro país, al igual que ha sucedido en otros países, una actividad nueva como es el autocaravanismo, lo que resulta evidente es que las cosas, aparte de implicación, organización, estrategia y trabajo, necesitan también de constancia paciencia y tiempo, se necesita de éste para que la actividad sea comprendida, aceptada e implementada por una administración y sociedad que a pesar de todo nos demuestra que nos desconoce y aun no sabe de qué va esto.
Una de las situaciones que hemos padecido, padecemos y más nos está afectando, quizás sea las constantes injerencias en nuestros asuntos, de unos y de otros, entre ellas las de algunos empresarios de camping, utilizando su influencia y presión ante algunos administradores públicos para tomar sus decisiones, aprovechando el desconocimiento que se tiene de nosotros, contándoles una película muy negra de lo que somos y hacemos los autocaravanistas que según ellos y sus versiones parece ser que solo somos personas de respeto cuando estamos dentro de algún camping.
Así no podemos continuar, unos y otros debemos de ponernos de acuerdo. No soy partidario de que en una actividad de ocio como la nuestra en la que no nos jugamos nuestro salario o supervivencia, utilicemos cualquier cosa fuera del diálogo o el entendimiento, que es lo que mejores resultados nos está dando hasta ahora, si acaso alguna manifestación pacífica en casos concretos podía tener justificación. El tratar de solucionar el asunto de las constantes interferencias de algunos empresarios de campings debería de ser una máxima para las personas o entidades que trabajan por y para el autocaravanismo. Tenemos la obligación de tratar de convencerlos, que con su actitud, aparte de nosotros, también ellos, con la animadversión que están creando entre el colectivo contra los camping, salen perjudicados. Potencialmente somos un colectivo que también les puede aportar beneficio, hay que hacerles entender a ellos y a los administradores que estos manipulan, que las autocaravanas reguladas fuera de los camping, no son un problema sino un beneficio para todos y el que no cumpla la ley o la norma y se salga de ésta, que lo sancionen y al resto que nos dejen en paz.
Otro asunto a tener en cuenta y que creo es lo que más argumentos les está aportando a algunos empresarios y administradores públicos, es el asunto de las acampadas. Debemos de tener en cuenta que muchos de nuestros compañeros autocaravanistas, no son autocaravanistas como algunos entendemos esto, ni están integrados o informados por nadie de lo que se puede hacer o no hacer con una autocaravana, son personas que compran o alquilan la autocaravana para disfrutar a su manera y a su aire sin interesarse si lo están haciendo mal o bien, o si con su desconocimiento o irresponsabilidad al usar la autocaravana, están perjudicando a alguien. Si estas prácticas las hiciesen en un camping estaría bien, pero lo malo es que algunos lo hacen en cualquier parte, dando una imagen deplorable y con ello argumentos a quienes andan detrás de nosotros, perjudicando a todo el colectivo.
Contra estas prácticas hay un gran trabajo que hacer, solicitando de la autoridad que no se les permita y se sea riguroso con ello, aplicando rigurosamente la ley. También abría que convencer a los empresarios de alquiler y venta, que quizás por sus intereses comerciales parece que no les interesa dar una imagen a sus clientes de las limitaciones que existen a la hora de usar una autocaravana y que por su aptitud parece que estas cosas no van con ellos, que deben de incluir en las autocaravanas información suficiente para que sus clientes no actúen por desconocimiento.
Otro problema que sería conveniente resolver es la implicación de los socios de algunas asociaciones reivindicativas. Es evidente que la implicación de la gente en asuntos, que generan problemas, salvo algunas personas que están demostrando una implicación destacad y de agradecer, es una minoría, la implicación en tareas altruistas no es un fuerte de nuestra sociedad y los autocaravanistas que se compran una autocaravana para disfrutar con ella, no son una excepción. Por lo demostrado hasta ahora, el perfil medio del autocaravanista nos refleja la realidad de que es una persona bastante independiente y poco motivado a implicarse en cuestiones reivindicativas, ahí reside uno de los problemas del futuro y una importante labor que habría que desarrollar.
No me cabe duda que el futuro de cualquier proyecto depende de la implicación y la renovación periódica de los cargos en las direcciones asociativas, los cambios son necesarios para la renovación y adaptación de las ideas y algunas de las formas de trabajo. En vista de la falta de implicación en algunas asociaciones, es evidente que algo se está haciendo mal. Resulta alarmante la falta de motivación de los socios para implicarse en ellas, tengan los socios que tengan. Cuando celebran las elecciones a sus cargos directivos, éstas no encuentran candidaturas que se presenten, situación que facilita el que algunas personas, en algunos casos las menos dotadas, campen a sus anchas, ocupando cargos directivos con el solo requisito de presentarse sin aportar ninguna condición más. Lo que también resulta preocupante es que en algunos casos los candidatos tampoco presentan un programa o compromiso de trabajo, que les haga merecedores de que los socios confíen en ellos para que les representen, no les hace falta, ante la carencia de otras candidaturas concurrentes son elegidos o reelegidos simplemente porque se presentan sin ninguna condición más.
Quizás una de las explicaciones de esta falta de compromiso, reside en la política de captación de socios que se emplea en algunas asociaciones reivindicativas, que debería ser diferente a la que emplean los clubs autocaravanistas. Algunas asociaciones reivindicativas ofrecen a sus socios incentivos en forma de descuentos en bienes de equipos o servicios, preparan fiestas con degustación de productos gratis y a cuenta de algunos ayuntamientos, en detrimento del consumo en la hostelería local etc. A mi modo de ver, son medidas encaminadas a motivar la afiliación masiva de personas con el fin de aportar un número y una cuota. Por otra parte, la afiliación de muchos socios no implicados con los principales fines de la asociación, marcados por un perfil de persona determinado, que se motivan para afiliarse por el que me das o «que bien me lo he pasado en la última acampada» y no por el que puedo ofrecer o que puedo hacer para que el futuro autocaravanista sea más esperanzador. Este tipo de socio, más que un activo, representa un problema de gestión, al tener que dedicar los responsables de la asociación la mayor parte del tiempo en atender sus demandas y no dedicarse a lo fundamental, que no es otra cosa que tratar de ocupar su tiempo en gestionar aquellas parcelas que hagan que el autocaravanismo progrese adecuadamente. Tenemos el caso francés de ACCL (por Asociación Autocaravanista Reivindicativa) que ha conseguido y está consiguiendo grandes cosas en el país galo. La asociación la componen aproximadamente unos 100 socios, socios comprometidos con el trabajo de la reivindicación de la asociación, dedicándose íntegramente a trabajar por y para los asuntos que afectan a los autocaravanistas y no otras cosas.
Por mi experiencia en el trato con algunas administraciones, salvo algunos administradores manejados por los intereses de siempre, la mayoría con los que he tratado, no he notado animadversión contra las autocaravanas y si un gran desconocimiento, en mi relación con ellos siempre han mostrado interés por lo que les presentábamos y desconocían y en qué medida estábamos dispuestos a colaborar con ellos y ayudarles, nunca se han interesado o han preguntado a cuantos socios representabamos.
Para finalizar decir que el autocaravanismo es imparable, entre otras cosas, porque es una actividad que cada vez más gente demanda y le apetece practicar, aunque solo sea por la propia inercia de las cosas, irá mejorando no solo en Europa, también en nuestro país. En España una de las peores décadas, quizás por la inexperiencia o el desconocimiento en general que se tiene de éste, es la que acabamos de pasar. La administración, la ciudadanía y los propios autocaravanistas, cada dia estaremos mejor informados de quienes somos, que pretendemos, que hacemos, que generamos y cuál es el uso correcto que se le debe de dar a una autocaravana para vivir en armonía con los intereses de otros ciudadanos.